El fuerte calor nos obliga a tomarnos un mes de vacaciones. Tras el partido entre padres e hijos, nos despedimos con un bonito encuentro en el que no faltó emoción hasta el minuto noventa. Los albicelestes empataron a un cuarto de hora del final y el resultado quedó inamovible a pesar de los intentos de unos y otros.
Rubén, hijo de Felipe, se sumó al equipo verdiblanco, marcó dos goles y estuvo presente en casi todas las jugadas de su equipo. Pese a su juventud interpreta el fútbol de forma muy inteligente; juega con los compañeros, recibe el balón con maestría, y lo mueve con un gran sentido.
Después del partido anterior y de éste podemos asegurar que el futuro de los Miércoles no solo está más que asegurado, sino que su calidad aumentará notablemente. Por el otro lado, Gerôme que ya tiene un pie en el equipo principal, consiguió un gol y colaboró extraordinariamente en el ataque y en la creación de juego en el centro del campo.
Aguilera vuelve a sumar dos goles más. ¿Qué decir de este jugador que ya no se haya dicho? Pues sí, ha mejorado cara al gol y participa con mayor eficacia en el centro del campo, recuperando balones y ofreciendo muy buenos pases. Genial temporada del delantero miercolero.
El partido, que parecía dominado por los verdiblancos, se equilibró a partir de la segunda mitad, cuando los albicelestes afianzaron la defensa y tanto centrocampistas como delanteros se lanzaron al ataque confiados.
La temporada se puede resumir positivamente. Se ha ganado en juego, en velocidad, en deportividad y en amistad. Espero que la próxima sea al menos igual que esta que dejamos atrás.Dejamos atrás la temporada pero arrastramos con nosotros el imborrable recuerdo de nuestro compañero y amigo Antonio Salas que siempre estará a nuestro lado.
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