CARRIZO PRENDE LA TRACA FINAL
Los rojiblancos fueron ganando todo el partido, incluso llegaron a disponer de tres goles de diferencia a su favor.Carrizo, un poco cabizbajo y agazapado entre los suyos, preparaba el golpe final. Y así fue: veinte minutos antes de finalizar el partido, con dos goles en contra, lanza un fiero y definitivo ataque. Con la ayuda de Ángel, Carrizo destrozó la defensa rojiblanca, volvió loco a Choty y dio un vuelco de ciento ochenta grados al marcador. Un miércoles más vuelve a marcar la diferencia; esta vez con una estrategia calculada: hacer creer que estaba en baja forma cuando en realidad tomaba oxígeno para asestar el zarpazo definitivo.
El error rojiblanco fue no aprovechar la ventaja de tres goles y haber hecho circular el balón de un componente a otro para desgastar al contrario. Los albicelestes supieron dar la imagen de un equipo conformista que nada podía hacer con la superioridad rival. Esto hizo que los rojiblancos jugaran con un alegría insensata y muchos de sus componentes pensaran más en aumentar la ventaja que en conservar la misma. Ángel sube en apoyo de la delantera, Alcántara, Jorge, Cervilla, y el centro del campo, presionan con rabia sobre la defensa rojiblanca, en la que Pedro Molina, Eloy y Manzano II se agotaron tratando de parar estas acometidas. Entonces surgió de las cenizas las botas de Carrizo; prendió fuego en el área y se armó la marimorena Cuatro goles en veinte minutos. Cuando Salas pitó el final del partido la cara de los rojiblancos era un poema; unos se miraban a otros y nadie se explicaba el desaguisado final. Aunque, claro, todo tiene una explicación.
En definitiva, una vez más Puntalón fue testigo de un gran partido; jugado sin complejos ni miramientos. El objetivo es ganar y por el mayor número de goles. De esta forma se descuidan las defensas, pero se disfruta con un ataque sin tregua.
Juan Salas lleva varias semanas sin mostrar tarjeta lo que dice mucho de su gran arbitraje, basado en conversar con el contrario antes de mostrar cartulina.
Los rojiblancos fueron ganando todo el partido, incluso llegaron a disponer de tres goles de diferencia a su favor.Carrizo, un poco cabizbajo y agazapado entre los suyos, preparaba el golpe final. Y así fue: veinte minutos antes de finalizar el partido, con dos goles en contra, lanza un fiero y definitivo ataque. Con la ayuda de Ángel, Carrizo destrozó la defensa rojiblanca, volvió loco a Choty y dio un vuelco de ciento ochenta grados al marcador. Un miércoles más vuelve a marcar la diferencia; esta vez con una estrategia calculada: hacer creer que estaba en baja forma cuando en realidad tomaba oxígeno para asestar el zarpazo definitivo.
El error rojiblanco fue no aprovechar la ventaja de tres goles y haber hecho circular el balón de un componente a otro para desgastar al contrario. Los albicelestes supieron dar la imagen de un equipo conformista que nada podía hacer con la superioridad rival. Esto hizo que los rojiblancos jugaran con un alegría insensata y muchos de sus componentes pensaran más en aumentar la ventaja que en conservar la misma. Ángel sube en apoyo de la delantera, Alcántara, Jorge, Cervilla, y el centro del campo, presionan con rabia sobre la defensa rojiblanca, en la que Pedro Molina, Eloy y Manzano II se agotaron tratando de parar estas acometidas. Entonces surgió de las cenizas las botas de Carrizo; prendió fuego en el área y se armó la marimorena Cuatro goles en veinte minutos. Cuando Salas pitó el final del partido la cara de los rojiblancos era un poema; unos se miraban a otros y nadie se explicaba el desaguisado final. Aunque, claro, todo tiene una explicación.En definitiva, una vez más Puntalón fue testigo de un gran partido; jugado sin complejos ni miramientos. El objetivo es ganar y por el mayor número de goles. De esta forma se descuidan las defensas, pero se disfruta con un ataque sin tregua.
Juan Salas lleva varias semanas sin mostrar tarjeta lo que dice mucho de su gran arbitraje, basado en conversar con el contrario antes de mostrar cartulina.
1 comentario:
sois todos unos carrozas, y no sé porque jugais al futbol que no meteis ni un gol, sobre todo tú "andresito"
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