jornada num.24 - 24 de febrero de 2.010 - Puntálón -

MÁXIMA TENSIÓN EN PUNTALÓN

Este miércoles el marcador no ha dejado de fluctuar durante todo el encuentro. El empate se consiguió en el minuto 91, y aún los albicelestes tuvieron su última ocasión antes de que Juan Salas pitara el final de la contienda.


nombres propios: Sin duda Carrizo fue el referente rojiblanco. No se limitó, como otras veces, a esperar el balón merodeando el área contraria. Bajó a buscarlo al centro del campo, lo pidió insistentemente y, cara al cancerbero, certero al cien por cien.





Seis goles avalan su actuación. En varios de ellos utilizó la misma táctica: llevarse a toda la defensa tras él a una esquina de la portería y cuando todo el mundo espera el "pase de la muerte" lanza un derechazo, apenas sin ángulo" que impacta en la red a una velocidad endiablada. Carrizo posee una habilidad para el tiro con la pierna derecha que ya quisieran algunos jugadores de otras categorias de élite. ¡Ah! y una pulsera que le da energía extra.

Para conseguir contrarrestar a Carrizo los albicelestes necesitaron a dos hombres: Ángel (3 goles) y Aguilera (3 goles).
Ángel tiró de su equipo con la bravura que le carateriza, y Aguilera volvió locos a los defensas contrarios.

A destacar también la actuación de Pedro Molina que, dio un buen pase de gol, y cortó balones muy peligrosos en su área. Jorge subió la banda derecha imprimiendo bastante velocidad y ofreciendo centros de gran calidad. Poco a poco va dando muestras de su buen hacer.
El resto de jugadores se metieron en la intensa dinámica del partido, lo que se tradujo en un encuentro muy disputado, con jugadas muy bien elaboradas y una insólita variedad de goles. Todo un espectáculo para los que nos presenciaron en las gradas.
A pesar del elevado número de goles, tanto Cortés como Choty hicieron paradas de auténticos profesionales. Paco "panadero" estuvo a punto de hacer el gol de la semana y, precisamente, Choty se lo impidió con una gran "palomita".

Encuentro de los que hacen afición y del que todo el mundo salió satisfecho. Hasta el árbitro...