Los albicelestes no han sufrido ni un momento durante los noventa minutos. Pronto se situaron 0-3 en el marcador y el resto fue un vivir de las rentas. Los verdiblancos nunca supieron cómo contrarrestar esta diferencia y cuando lo intentaron lo hicieron con poco convencimiento de sus posibilidades.
Los albicelestes jugaron con mucha disciplina, situados en sus respectivas áreas y apoyándose entre todos con gran acierto.
Arriba, Carrizo se hizo el rey. No se sabía cómo respondería de su lesión; el resultado de su actuación ofrece la respuesta: tres goles y numerosas asistencias. Eloy, en parecidas circunstancias físicas, también desempeñó su papel casi al cien por cien. Dos jugadores clave para que el partido se desarrollara con la ventaja indicada.
Por parte verdiblanca la defensa tuvo en Vélez su eje central. Y poco más. Emilio salió al banquillo en varias ocasiones y los laterales cambiaban constantemente, o se incorporaban al ataque con bastante asiduidad, lo que la hizo especialmente vulnerable. El centro del campo, con demasiada responsabilidad en sus espaldas, no supo o no pudo organizar el juego de un equipo ya, de entrada, poco organizado. Delante, Aguilera y Valdivieso cumplieron su cometido, consiguieron los tres goles para su equipo a pesar de que los balones llegaban con dificultad.
Los delanteros albicelestes consiguieron 4 goles y sus centrocampistas otros tantos. Lo que da una idea de la comodidad con la que jugaban.
Alcántara, que reaparecía después de varias semanas, estuvo muy seguro en la portería haciendo fácil su labor.
Choty vió cómo sus compañeros desaparecían del área defensiva, tuvo que efectuar muchas salidas, hacer la labor de lateral, central y de portero. Tuvo que hacer horas extraordinarias por lo que el resultado no empaña su labor en absoluto.
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