jueves, 22 de octubre de 2009

jornada nº 8 - 21.10.2009 - Polideportivo Paulino Salgado-Torrenueva.

UN EMPATE VICTORIOSO. Se repite resultado.

Después de de ir perdiendo por cuatro goles a uno, el empate a cuatro significa una victoria; no real pero sí moral.
Apenas empezado el encuentro, con el viento a favor, Carrizo hace dos goles en un intervalo de tiempo récord. No se había acomodado la defensa rojiblanca cuando dos tiros del ariete albiceleste impactan sobre las mallas defendidas por Cortés. Dos goles a cero en menos de 10 minutos. Con el miedo en el cuerpo los rojblancos tratan de recomponerse y se lanzan sobre la portería de Choty - que hoy estuvo inconmensurable -. Tras varios intentos y buenas oportunidades el marcador permanecía inalterable, y fueron los albicelestes los que, de nuevo por medio de Carrizo, aumentan la diferencia.
Lejos de amilanarse los rojiblancos unen filas entre ellos con el firme propósito de, tras el descanso, recomponerse y no dar el partido por partido. Y este sortilegio funcionó durante toda la segunda parte. Todos los rojiblancos volcados sobre el área albiceleste. Las ocasiones de gol eran continuas y muy claras. Valdivieso hizo el primer gol pero tuvo que abandonar por lesión. Las internadas de Aguilera, Alcántara, Cándido iban a parar a las manos o a los pies de Choty. Cazagoles Valdivieso ya no estaba para dar ese empujón final a los numerosos rechaces que se producían. Pero tanto va el cántaro a la fuente que... cada uno de los tres mencionados consiguió hacer un gol al imbatible Choty.

Cándido en uno de sus frecuentes disparos a puerta

El último de ellos fue obra de Cándido, un disparo raso, pegado al palo y veloz al que nada pudo hacer el cancerbero. Un gol que supo a victoria; tantas ocasiones marradas que parecía imposible batir la portería albiceleste.

El partido ha sido trepidante; se ha jugado a un ritmo endiablado, todos han jugado con todos; los porteros han jugado un papel importántisimo porque si Choty estuvo magnífico, Cortés no le quedó a la zaga, cortando en el área las continuas incursiones del bravo Carrizo. Éste, una vez más, fue el terror del área enemiga. Con su velocidad y su fenomenal disparo - casi tan bueno como el de su hijo - consigue tres golazos y varios tiros peligrosos. La lesión de Alonso II le dejó solo en la delantera sin apenas apoyo.

Los rojiblancos jugaron prácticamente todo el partido con tres defensas y les salió bien pues tuvieron más efectivos en el ataque. Arriesgaron y al final obtuvieron el premio de la igualdad.

A pesar del incómodo viento el miércoles fue testigo de un partidazo en el que todos pusieron lo máximo de sí mismos.

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