JUGAR SIN CONVICCIÓN ES PERDER CON ANTELACIÓN
¿ Cuando en el minuto 20 de la segunda mitad un partido arroja un resultado de empate a tres goles alguien puede pensar que existe una seria descompensación entre ambos equipos ?
La respuesta es sí. El equipo rojiblanco nunca estuvo convencido de que con su equipo podría ganar y, lógicamente, perdió. Sus jugadores decisivos no se concentraron lo suficiente en el desarrollo del encuentro, en ganar, en animarse unos a otros, en aupar a los suyos. Y cuando alguno de ellos lo hacía el resto ya estaba lamentando su mala suerte.
Como ya digo el partido estuvo bastante igualado hasta bien avanzada la segunda parte; las ocasiones se sucedían en una y otra portería; el gol podía venir de cualquier equipo, pero la apatía se contagía más que la gripe A. Cuando los albicelestes consiguen el 3-4 los rojiblancos se descomponen absolutamente. Una lastima porque el partido podía haber tenido o bien, otro desenlace, o un final más equilibrado y emocionante.
Por los albicelestes hay que destacar, a parte de la labor de conjunto por su entrega, su ánimo y su moral, a Polo y Serrano por dejarse el pellejo en el terreno de juego. A su defensa porque se batió contra Aguilera, Castillo, Ángel, Cándido, etc.. con mucho orden y sin tregua. Y al resto por su deportividad y buen hacer.
Cortés, meta rojiblanco, estuvo a la altura de los grandes cancerberos, bien arropado por su defensa, aunque las idas y venidas de Garvayo fuera del campo no le hicieron ningún favor ni a él ni al equipo. Ángel, Cándido, Aguilera, Felipe, fueron los rojiblancos que más empujaron sobre la meta defendida por Choty. Pero les faltó la moral alcoyana para conseguir el objetivo.
Pese a que el partido estuvo equilibrado nada se puede hacer cuando dos jugadores (Serrano y Polo) dan lo máximo de sí, juegan con sus compañeros, les animan y les empujan a la victoria. A un equipo así dispuesto es muy difícil batir.
Si a esto le sumamos la eficacia de Carrizo, incorporado al club, con sus tres goles poco más se puede añadir. Sí, un poco que es mucho: el golazo de Ángel, que supuso el empate a tres. Fue un zapatazo lleno de rabia, con el que descargó toda la furia contenida, y que Choty vio pasar ante sí a una velocidad superior a la del sonido...
¿ Cuando en el minuto 20 de la segunda mitad un partido arroja un resultado de empate a tres goles alguien puede pensar que existe una seria descompensación entre ambos equipos ?
La respuesta es sí. El equipo rojiblanco nunca estuvo convencido de que con su equipo podría ganar y, lógicamente, perdió. Sus jugadores decisivos no se concentraron lo suficiente en el desarrollo del encuentro, en ganar, en animarse unos a otros, en aupar a los suyos. Y cuando alguno de ellos lo hacía el resto ya estaba lamentando su mala suerte.
Como ya digo el partido estuvo bastante igualado hasta bien avanzada la segunda parte; las ocasiones se sucedían en una y otra portería; el gol podía venir de cualquier equipo, pero la apatía se contagía más que la gripe A. Cuando los albicelestes consiguen el 3-4 los rojiblancos se descomponen absolutamente. Una lastima porque el partido podía haber tenido o bien, otro desenlace, o un final más equilibrado y emocionante.
Por los albicelestes hay que destacar, a parte de la labor de conjunto por su entrega, su ánimo y su moral, a Polo y Serrano por dejarse el pellejo en el terreno de juego. A su defensa porque se batió contra Aguilera, Castillo, Ángel, Cándido, etc.. con mucho orden y sin tregua. Y al resto por su deportividad y buen hacer.
Cortés, meta rojiblanco, estuvo a la altura de los grandes cancerberos, bien arropado por su defensa, aunque las idas y venidas de Garvayo fuera del campo no le hicieron ningún favor ni a él ni al equipo. Ángel, Cándido, Aguilera, Felipe, fueron los rojiblancos que más empujaron sobre la meta defendida por Choty. Pero les faltó la moral alcoyana para conseguir el objetivo.
Pese a que el partido estuvo equilibrado nada se puede hacer cuando dos jugadores (Serrano y Polo) dan lo máximo de sí, juegan con sus compañeros, les animan y les empujan a la victoria. A un equipo así dispuesto es muy difícil batir.
Si a esto le sumamos la eficacia de Carrizo, incorporado al club, con sus tres goles poco más se puede añadir. Sí, un poco que es mucho: el golazo de Ángel, que supuso el empate a tres. Fue un zapatazo lleno de rabia, con el que descargó toda la furia contenida, y que Choty vio pasar ante sí a una velocidad superior a la del sonido...
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